Preguntas de la periodista Mariela Dieguez
Vladimir, según su punto de vista ¿qué es un espacio de arte contemporáneo?
El arte supera las instituciones y ocupa ámbitos de cuestionamiento permanente –sea este, o no, de orden social–. Pero pierde autenticidad y se torna mercancía cuando es exaltado por los medios y desdibujado por los críticos –que sólo lo reducen intentando traducirlo–.
Así, en esta acepción ampliada, está en las paredes al costado del ferrocarril, en los malabaristas de los semáforos, en una fiesta temática de un hostal de La Boca. Un espacio que se pretenda “de arte” en un sentido amplio, tendrá por función habilitar estas expresiones –incluirlas en los diccionarios académicos–, consciente de la inevitable mutación que sufrirán en esta asimilación.
¿Cuáles deberían ser los ejes fundamentales del Departamento de Prensa y Comunicación de una fundación dedicada al arte?
— El desarrollo y evaluación de planes de comunicación eficientes, sustentables, que por sobre todo amplíen el público –incluyendo segmentos alternativos– y promuevan la participación y apropiación del espacio.
— La estimulación de redes y el cuidado de vínculos institucionales –en un trabajo estructural en lugar de un mero programa de fidelización, de interés comercial–.
— La promoción de un circuito de comunicación horizontal, de ida y vuelta con el público, con el artista, con la comunidad, con el crítico, con el galerista, con el coleccionista, o con el medio especializado, ampliando la oferta de actividades en un diálogo que contemple otras necesidades.
¿Qué medios, periodistas y críticos especializados en el campo artístico y cultural, local e internacional, son de su interés?
La mexicana Avelina Lésper me despierta admiración por su ataque explícito a la parafernalia de "lo contemporáneo"; es una topadora a quien me encantaría entrevistar.
En el mercado local Julio Sánchez, Maxy jacoby y Alicia de Arteaga son sin duda voces autorizadas, pero –según el tipo de obra– me interesa conocer también la opinión que me llega de galeristas como Ruth Benzacar, Mario Manuilo (ex presidente de Aga), Urzo Marzo, Enrique scheinsohn (de Vermeer), Oliver Coppa, Norma Coarrato (de Palatina), Teresa Nachmann (de Hoy en el arte), Santiago Bengolea (de Proa), Daniel Maman y Teresa Anchorena. Fabi Barreda, Adrián Waldony y Juanjo Mosca, que expertizan obra para galerías, también tienen una mirada aguda. Toda esta es gente que me interesa tratar en el medio, y aunque parecen muchos, aseguro que son una selección cuidada.
¿Qué medios digitales (revistas online, blogs, etcétera) sigue, le interesan o piensa que son relevantes?
“Arte al día” y “Ramona web” son óptimas para conocer el día a día. Supe leer la emblemática Estímulo. También la reciente Magenta.
Me gustaban muchísimo revistas de disciplinas hermanas, como la Tipográfica, de diseño y comunicación, o Fierro, Péndulo, Skorpio y Cazador, todas de historieta local.
¿Qué instituciones culturales destacaría en el ámbito local e internacional y por qué?
En Buenos Aires, el Malba, porque supo acaparar la atención de un nuevo público joven y sabe generar expectativa. También son modelos la Fundación Proa, el Museo de arte Moderno y el Centro Cultural Recoleta –también el Museo Fortabat y el Palais de Glace–, por su llegada, rotación y amplitud de criterio al momento de programar actividades; son indiscutidos formadores de opinión que habilitan al arte contemporáneo en lugar de restringirlo. En el ámbito internacional, el MoMA de Nueva York y el TATE de Londres, también por su marcado criterio inclusivo. Por citar un ejemplo a este respecto, el contraste entre el TATE y la London National Gallery es revelador. Claro que en nuestra ciudad sucede algo parecido con el Museo de Bellas Artes, que en rasgos generales conserva por tradición la restrictiva belleza como condición sine qua non para el arte y da el lugar al Palais de Glace para discursos disruptivos.